The Diaz Ayala Cuban and Latin American Popular Music Encyclopedic Discography of Cuban Music

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Cuba Canta y Baila

Datos Biográficos de Bebo Valdés


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Uno de los secretos mejor guardados de la música cubana. Se llama Dionisio Ramón Emilio Valdés Amaro, y nació en Quivicán, un pequeño pueblo de la provincia de La Habana, el 9 de octubre de 1918. Su historia sigue el patrón de muchos músicos pobres y humildes de Cuba; un comienzo -estudios musicales elementales de piano en su pueblo- una meta, -llegar a La Habana, en este caso en 1936- y una aspiración: triunfar, crear, innovar. Y Bebo Valdés lo sigue haciendo. Se dice rápido pero es en realidad un proceso largo y trabajoso de dificultades económicas, de luchas, de sacrificios, y siempre de gente dispuesta a ayudar a este mulato alto como la palma, fuerte como un jiquí, esencialmente bondadoso, tímido y genial. Cuando hace un recuento de su vida, cuidadosamente menciona toda la gente que le ayudó; sus primeros maestros, en su pueblito, su tía Ña Facunda, de Luyanó, babalocha (sacerdotisa del culto yoruba) que lo instruyó en la difícil asignatura de la música ritual afrocubana, Hebert Spieger un avispado joven judío de los que arribaron a Cuba en los treinta, “pianistas buenos en Cuba hay muchos, pero no hay arreglistas y versados en armonía: estudia, y ahí tendrás un campo abierto para ti” le aconsejó al Bebo, y éste lo hizo, aunque los primeros, se los pagaban a un peso y medio (cuando se cobraban) y había que poner el papel… El pianista Curbelo le enseñó los trucos del acompañamiento para shows, cosas que no se aprenden en las academias, (salvo en las de baile). Empezó también a familiarizarse con el jazz, como hacían casi todos los músicos cubanos de talento de su época. El caso es que para los ’40, era ya un arreglista reconocido y buscado. Trabajaba para las principales estaciones de radio: CMQ, RHC, Mil Diez.

Empieza a componer. Y siempre innovando. De 1945 al 47 está como pianista y arreglista en la orquesta de Julio Cueva. De allí pasa al elenco musical del Cabaret Tropicana, donde estará durante diez años como Director Musical; de allí pasó con el mismo cargo al Hotel Sevilla Biltmore hasta que llegó Fidel, y le empezaron a hacer la vida de cuadritos, y se fue de Cuba hacia México el 26 de octubre de 1960 conjuntamente con Rolando La Serie.

Enseguida estaban debutando en el Cabaret La Terraza Casino. Permanece en tierra azteca un tiempo, dirigiendo además la producción musical del sello disquero Gamma; pasa a Los Angeles, y continuando el peregrinar de muchos músicos cubanos que tuvieron que abandonar su tierra, del ‘60 en adelante sigue a España donde graba dos álbumes con Monna Bell, la acompaña en su gira por toda España, después hace otra gira con Lucho Gatica, y ya estamos en el año 1962, en que se incorpora a la orquesta Lecuona Cuban Boys; comienza una turné por Europa que para Bebo termina en Suecia, donde conoce a Rose Marie, una bellísima chica que se convierte en su segunda esposa, y comienza una larga invernada de 30 años en Estocolmo actuando mayormente como pianista solista en Hoteles de lujo con un repertorio internacional en que intercala cada vez que puede la música cubana.

En la inagotable polémica de quién inventó el mambo, cabe señalar que cuando Bebo sustituye a René Hernández como pianista y arreglista en la orquesta de Julio Cueva, ya algunos trabajos de René sobre guarachas para la voz de Cascarita, llevan los “riffs” (frases musicales repetidas) de los saxofones que serán la marca distintiva del mambo de Pérez Prado, como son Figurina del solar de Chappottín, o Sacando boniato de Julio Cueva; esta tendencia se continúa con Bebo, y la orquesta graba en octubre de 1946 Rareza del siglo compuesto por Bebo, que es un mambo, aunque se le llame en la etiqueta Montuno beguine.

Este mismo camino lo seguirá Pérez Prado como pianista y arreglista después en la orquesta Casino de la Playa, donde escribirá mambos también titulados como otros géneros, hasta llegar al uso de la palabra mambo, y al éxito de éste a fines de la década.

Además, en 1952 Bebo lanza un nuevo ritmo titulado “Batanga”, con una compleja base rítmica en cuya concepción le ayuda -según aclara Bebo- el percusionista cubano Cándido Camero (otra figura olvidada). La orquesta que organiza para lanzar el Batanga, sirve además para dar a conocer a Benny Moré en La Habana, y es además, el formato de orquesta grande que copiará el Benny en su banda gigante. El Batanga no triunfó como género musical, pero las figuraciones rítmicas del bajo que lo sustentaban, fueron la base del “bajo” que adoptó la orquesta Aragón. Y debemos agregar, que algunos de los mambos que más gustaron en Cuba, y que más se bailaron, pues eran más acondicionados al gusto del bailador criollo que los de Pérez Prado, fueron de Bebo: Güempa, Ritmando el cha cha chá, Bien explicao.

Se toma como fecha de partida del concepto de Jam Sessions o Descargas de música cubana, las que graba la Panart para fines de la década del cincuenta con Cachao y Julio Gutiérrez; pero Bebo grabó con su sexteto en octubre de 1952 para el sello Mercury varios números de descarga, en el que sobresale Con poco coco. Cuando Alvarez Guedes lanza al éxito a fines de la década del ’50 a Rolando La Serie, Fernando Alvarez y Celeste Mendoza, la plataforma de lanzamiento fue la formidable orquesta y los sensacionales arreglos de Bebo. Y además, este tipo de trabajo lo había venido haciendo antes en el sello Panart, para artistas como Orlando Vallejo.

Bebo lo mismo arreglaba para una lujuriante orquesta tropical que para una romántica de violines. Cuando se habla de las grandes bandas de Afrocuban Jazz, se olvida que entre 1953 y 54, Bebo Valdés grabó en La Habana para la Decca 3 Lp’s y uno para la Panart, donde usando básicamente la orquesta del Cabaret Tropicana, rinde excelentes y originales interpretaciones en este género. Su discografía es muy extensa comprendiendo grabaciones en varios sellos, solo con su orquesta ó acompañando figuras como las antes mencionadas, y Pío Leiva, Mirtha Silva y muchos otros. De pronto, en 1994, salió de su semi retiro escandinavo con fuerza de ciclón. Bajo la iniciativa de Paquito D’Rivera, compuso nuevos números y con un grupo de estrellas grabó un compacto fuera de serie, “Bebo Rides Again”, verdaderamente material para un premio Grammy, pero que desgraciadamente no fue bien mercadeado por su casa disquera.

Después ha seguido grabando, y cuando actualizamos estas líneas (julio 2004) había obtenido dos Grammys en 2003, el latino y el nacional, por su album El Arte del Sabor y competía en los premios del 2004 con cuatro nominaciones, por su album “Lágrimas Negras” y otra por su album “We could made such beautiful music together”.


Cristóbal Díaz Ayala. Ver: Max Salazar: “Bebo Valdés” Latin Beat Magazine, no.2, 1991, pág.9; Chediak, obra citada, pág.236.Radamés Giro, “Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba”, Ed. Letras Cubanas,2007. Este mismo mes de octubre de 2007, y coincidiendo con los noventa año de Bebo, se lanzó en Madrid su biografía, escrita por el sueco Mats Lundahl